Cifrado César
https://engineerdesistemas.blogspot.com/2012/03/cifrado-cesar.html
Este es uno de los métodos más simples( y de los más antiguos). Si una letra del texto en claro es la N-ésima del alfabeto se reemplaza por la (N+K) – ésima letra del alfabeto, siendo K un cierto entero fijo (César utilizaba K=3). La siguiente tabla muestra un mensaje cifrado utilizando este método con K=1:
Texto en claro: A T A Q U E A L A M A N E C E R
Texto cifrado: B U B R V F A BM A B N B O F D F S
El método es débil porque el criptoanalista sólo tiene que adivinar el valor de K: intentando con cada
una de las 26 opciones, podrá estar seguro de leer el mensaje.
Un método mucho mejor consiste en utilizar una tabla general para definir la sustitución a efectuar: para cada letra del texto en claro la tabla dice qué letra poner en el texto cifrado. Por ejemplo, si la tabla ofrece la correspondencia
A B C D E F G H I J K L M N O P Q R S T U W X Y Z
N U E V O S B R I LY H A M T WZ Y GQ P F J V K C
Entonces el mensaje quedará cifrado de la siguiente forma:
Texto en claro: A T A Q U E A L A M A N E C E R
Texto cifrado: U Q U Z P S N U H N U A U M S V SY
Esta técnica es mucho más poderosa que la simple cifra de césar porque el criptoanalista tendría que
ensayar con muchas tablas (alrededor de 27! > 1028) para estar seguro de leer el mensaje.
Sin embargo las cifras basadas en sustituciones simples como éstas son fáciles de romper debido a las frecuencias de letras inherentes a un lenguaje. Por ejemplo, puesto que A es la letra más frecuente en los textos en español, el criptoanalista ya tendría parte del trabajo hecho si comenzara por A.
Aunque ésta puede no ser la selección correcta, con seguridad es mejor que ensayar las 26 letras ciegamente. La sustitución se hace más fácil (para el criptoanalista) cuando se tienen en cuenta combinaciones de dos letras: ciertas combinaciones (tal como QJ) nunca aparecen en un texto en español mientras que otras (como LA) son frecuentes. Examinando las frecuencias de las letras y de las combinaciones de letras, un criptoanalista puede romper fácilmente un cifrado por sustitución.
Texto en claro: A T A Q U E A L A M A N E C E R
Texto cifrado: B U B R V F A BM A B N B O F D F S
El método es débil porque el criptoanalista sólo tiene que adivinar el valor de K: intentando con cada
una de las 26 opciones, podrá estar seguro de leer el mensaje.
Un método mucho mejor consiste en utilizar una tabla general para definir la sustitución a efectuar: para cada letra del texto en claro la tabla dice qué letra poner en el texto cifrado. Por ejemplo, si la tabla ofrece la correspondencia
A B C D E F G H I J K L M N O P Q R S T U W X Y Z
N U E V O S B R I LY H A M T WZ Y GQ P F J V K C
Entonces el mensaje quedará cifrado de la siguiente forma:
Texto en claro: A T A Q U E A L A M A N E C E R
Texto cifrado: U Q U Z P S N U H N U A U M S V SY
Esta técnica es mucho más poderosa que la simple cifra de césar porque el criptoanalista tendría que
ensayar con muchas tablas (alrededor de 27! > 1028) para estar seguro de leer el mensaje.
Sin embargo las cifras basadas en sustituciones simples como éstas son fáciles de romper debido a las frecuencias de letras inherentes a un lenguaje. Por ejemplo, puesto que A es la letra más frecuente en los textos en español, el criptoanalista ya tendría parte del trabajo hecho si comenzara por A.
Aunque ésta puede no ser la selección correcta, con seguridad es mejor que ensayar las 26 letras ciegamente. La sustitución se hace más fácil (para el criptoanalista) cuando se tienen en cuenta combinaciones de dos letras: ciertas combinaciones (tal como QJ) nunca aparecen en un texto en español mientras que otras (como LA) son frecuentes. Examinando las frecuencias de las letras y de las combinaciones de letras, un criptoanalista puede romper fácilmente un cifrado por sustitución.